¿El manicomio es sólo un edificio?
Probablemente la acepción más conocida del término manicomio sea la referida al establecimiento, la RAE lo define como “hospital para locos”. Desde Contarse pensamos a lo manicomial un poco más allá de lo edilicio, creemos que no es homologable a un establecimiento sino a una lógica de funcionamiento. ¿Dónde reside entonces lo manicomial? Es una lógica que implica un modo de hacer y no un lugar determinado. Es decir, tiene que ver con prácticas donde se trata al que padece como un objeto, desconsiderando lo singular de su sufrimiento.
En el contexto de una ley nacional de salud mental que prohíbe la creación de nuevos manicomios y el paulatino cierre de los existentes, creemos importante poder poner en discusión las tensiones que coexisten: el encierro o la liberación, el manicomio o el hospital general, la institucionalización o la desinstitucionalización.
¿No es manicomial que un paciente vaya a un servicio de consultorios externos, durante 20 años, solamente a retirar medicación y que eso sea considerado un tratamiento en salud mental?
¿No es manicomial el tiempo de espera para recibir un turno en atención ambulatoria, lo que podría generar que la próxima vez que consulte el paciente sea directamente para ser internado, ya que su estado se agravó?
¿No es manicomial el funcionamiento de una guardia de un hospital general cuando funciona directamente derivando a un hospital monovalente (Borda, Moyano, Alvear) al paciente que se supone que tiene un diagnóstico de psicosis?
Consideramos que somos responsables todos los que trabajamos en la salud mental de mantener un pensamiento crítico que implique la constante reflexión sobre nuestras prácticas, que se sostenga en poder poner en discusión las tensiones existentes sin caer en reduccionismos que no son más que formas en las que se disfrazan y sostienen diferentes ideologías.
El interrogante fundamental que debemos hacernos es: ¿El cierre de los manicomios elimina las prácticas manicomiales?